La siguiente revisión documental del tema Autoestima es una actividad complementaria a la última sesión del Taller de Cineterapia para Adultos: “Dime de que presumes y te diré de la autoestima baja que padeces”.
Les sugerimos realizar la lectura para seguir dándole continuidad al trabajo terapéutico implementado en las siguientes sesiones del taller.
Mencionamos algunos puntos importantes para mejorar tu autoestima, y por consiguiente, tu autoimagen y tu autoconcepto. Te recomendamos tener a la mano esta lectura. No es para memorizarse sino para detenerte de vez en cuando y cerciorarte de qué estas implementando en tu vida diaria para mejorar tu autoestima. De cualquier forma, los continuaremos trabajando en las siguientes sesiones del taller de Cineterapia para Adultos.
Y recuerda, las personas podemos cambiar cuando tomamos conciencia del potencial que tenemos para cambiar las cosas.
Una persona con una buena autoestima se quiere a sí misma y quiere a los demás. Sabe que es valiosa y digna, pero sobre todo, posee un profundo sentimiento de merecimiento. Es capaz de afirmarlo y, no solo de respetarse, sino de hacerse respetar por los demás.
La vamos desarrollando desde nuestra infancia, principalmente a partir de la situación y condiciones de vida en nuestra familia. A lo largo de la vida se van a agregar otras experiencias que también influirán en nuestra autoestima. Muchas veces, sufrimos eventos y situaciones desde temprana edad que dañan nuestra imagen y afectan los sentimientos por hacia nosotros mismos.
La autoestima también protege de alguna manera nuestros valores y nos sirve para ganar respeto y aceptación de nosotros mismos y de los demás. Se forma a través de un proceso de asimilación a partir del contacto interpersonal a lo largo de la vida. Otras veces interiorizamos las opiniones de las personas que nos rodeas y las utilizamos, sin darnos cuenta, para formarnos una autoimagen y un autoconcepto.
Mediante este proceso se construye nuestra identidad, se asume una posición determinada en la vida y se guía la propia conducta hacia fines y metas específicos.
El autoconcepto es nuestra identidad y nuestra autenticidad. Si no logramos consolidar un autoconcepto fuerte, dependeremos del ambiente para buscar en los demás el apoyo necesario para satisfacer nuestras necesidades y realizar nuestros deseos. Cuando no somos capaces de encontrarnos a nosotros mismos, dependemos emocionalmente de algien más.
En la confianza plena y consciente de mi persona y mis propios actos, puedo reconocerme como un ser valioso y digno de merecer. Este sentimiento de merecimiento es esencial para lograr una buena autoestima. Es saber quiénes somos, cuanto nos queremos y cuanto nos valoramos.